Ha pasado mucho tiempo desde que escribí la última vez, desde que dejé de escribir. Y eso que cosas para contar no me han faltado. Más bien me ha faltado eso… el estado de ánimo apropiado. No me gusta reconocerlo, pero necesito algo de melancolía y confusión emocional para empezar, para tener ganas de contar.
Aprovecho así el momento para hacer retrospectiva, pero de lo bueno. De todo lo bueno que los últimos tiempos me han dado. Autoterapia pura y compartida.
¡Pasen y vean!
Retrospectiva I: “La que se lía por Baco”
Así fue como empecé a dejar de escribir. De escribir y de todo lo demás. Las dos semanas previas a la feria Prowein fueron una carrera de fondo. Estudios de mercado que terminar, eventos que organizar, llamadas, emails, ¡estrés! Pero luego la feria, definitivamente valió la pena. Tres días intensos con nervios, gente, muchos nombres, muchas caras... y finalmente pude compartir la satisfacción de que las cosas salieran bien. Incluso un poquito de vino también pude compartir, incluso con honores de la experta que aún no soy.
Retrospectiva II: “Desaparezco… ¡Asia!”
Teníamos grandes planes para la Semana Santa y, desde luego, la experiencia no decepcionó. Ni cortos ni perezosos nos plantamos en Seúl y Tokio durante 10 días simplemente increíbles, gracias sobre todo a los anfitriones: Íñigo y Alberto, dos regalos que me llevé del máster en Madrid y que, con su permiso, pienso conservar para siempre.
Para describir el viaje completo necesitaría tanto escribir que aburriría a cualquiera que pueda leer esto, así que trataré de ser breve.
En Seúl, Íñigo vino a recoger con una resaca caballuna a un grupo afectado por un jet lag brutal. Y sin embargo, la emoción de volver a vernos y de estar allí nos mantuvo más despiertos que nunca. En los cuatro días y medio que pasamos allí, descubrimos que los coreanos son gente amabilísima y que Seúl es una ciudad con un ambiente increíble. Como dicen los propios becarios que están allí, uno de los destinos “tapados” de Asia (perdón, chicos, por contarlo).
Una cosa sólo que advertir. Si una no tiene una forma de ser muy a lo “pretty woman”, no entréis a mirar trapitos a ninguna tienda… puedes tirarte horas tratando de hacerles entender que sólo quieres mirar y no es fácil conseguir que dejen de ponerte prendas unas encima de otras… Por todo lo demás, Seúl es (a pesar de las amenazas nucleares de los coreanos del norte), un paraíso para cualquier becario.
Después de pasar unos días increíbles en Seúl, incluida una curiosa visita a la “zona desmilitarizada” (frontera entre las dos Coreas, que, por cierto, son dos países que teóricamente siguen en guerra), volamos hacia Tokio. No iba a ser fácil de superar: quedamos encantados de la primera mitad del viaje. Pero es que Tokio y, especialmente, los tokiotas, no dejan frío a nadie.
Artículos como este lo demuestran (no tiene desperdicio)
http://www.elpais.com/articulo/portada/SOLO/TOKIO/PUEDE/TOKIO/elppgl/20090508elptenpor_4/Tes
Como decía, los tokiotas son de lo más curioso. Un ejército de hombres y mujeres con maletines y vestidos de negro. La sobriedad, la educación y el respeto por el prójimo hechos persona… hasta que dura el día… porque como buena sociedad “reprimida” según unos y “ordenada” según otros, las buenas formas no duran eternamente. Por la noche se puede ver a esos mismos autómatas de negro de dos maneras diferentes pero bien definidas:
1) con una trompa espectacular que casi no les permite mantenerse en pie y que hace que se duerman unos sobre otros en el metro
2) metidos en salas enormes con un ruido ensordecedor donde se juega a unas maquinitas consistentes en no dejar caer unas bolitas por un agujero… y ¿qué se gana jugando?... Fácil: ¡más bolitas!
La doble moralidad es también el pan nuestro de cada día. No es gratuito que Japón sea una de las grandes potencias en el mundo del porno, además de las otras muchas cosas por todos sabidas en las que lo son. Y este libertinaje inesperado se hace evidente en sitios como en el barrio de Shinjuku, que además de tener la estación de tren más transitada del mundo (3 millones de pasajeros al día, según dicen), es el lugar dónde acudir para hombres y mujeres que busquen una persona “de compañía”… y digo bien, hombres ¡y mujeres!
Tokio también se lleva la palma en otras muchas cosas. La mayor tasa de suicidios del mundo, que ha llevado a vallar la mayoría de andenes de metro; el cruce de Shibuya, de que se dice que es el más abarrotado del mundo y utiliza un stop en las cuatro direcciones para permitir a los peatones inundar todo el cruce; las mayores concentraciones de freakis por metro cuadrado del mundo los domingos en el parque de Yoyogi; el mercado de pescado más grande del mundo, etc.
Y más curiosidades, que de eso no faltó… Tokio es una ciudad, ya no limpia, PULCRA… y sin embargo, no se encuentran papeleras en las calles ni de coña. Los japoneses son los primeros proveedores mundiales de tecnología, entre otras tantas cosas… en definitiva, exportadores natos, pioneros en casi todo… y sin embargo, ¡casi nadie habla inglés! Parece que estén oyendo suajili cuando te diriges a ellos con cara de guiri perdido. Y, la que más me gusta a mí, a pesar de ser (con más de 12 millones de habitantes) una de las ciudades más pobladas de la tierra, Tokio es un remanso de paz… tasas de criminalidad bajísimas. Bueno, eso si no tenemos en cuenta los roces “fortuitos” entre avalanchas en el metro. Vamos, que es más probable que le toquen a una el culo como el que no quiere la cosa, que que alguien toque un billete de los más grandes tirado en el suelo…
En definitiva, este país es alucinante. Y no menos lo fue nuestro viaje, nuestros anfitriones, mis compañeros… ¡todo!
Retrospectiva III: “Y al volver… ya fue primavera”
Pero no todo lo bueno dura eternamente y, si lo hiciese, seguramente no sería taaaaaan bueno. Así que tocó volver a Düdo. Y lo grande es que, al hacerlo, también la primavera ya estaba allí para recibirnos. Así fuimos volviéndonos a reunir después de nuestros dispares y viajes en Semana Santa y empezamos con una nueva rutina, con más sol, sin abrigos ni ropa pesada y con las ganillas de tirarse a la calle que da el buen tiempo.
Aquí la primavera, el buen tiempo en general, lo cambia todo. Los bares sacan mesas a la calle, la gente sale de sus guaridas de invierno, sonríen, pasean, toman el sol en los parques… se vuelven locos estos teutones con un rayito de sol. Lástima que no dure mucho y el tiempo nos dé una de cal y una de arena constantemente.
Sin embargo, nos dio para disfrutar de las terrazas, hacer barbacoas junto al río y para ir de conciertos… Un concierto que llevaba esperando mucho tiempo: ¡Dota & die Stadpiraten! Una increíble banda berlinesa, de aires perrofláuticos/cantautores, con una cantante que tiene una de las mejores voces que he escuchado nunca, unas letras increíbles (un día de estos pienso traducir alguna y ponerla aquí) y un directo divertidísimo.
Os dejo un link para escucharles:
http://www.myspace.com/dotaunddiestadtpiraten
Retrospectiva IV: “Donde está mi hogar”
Y después de dar tanto tumbo desordenado, me entraron unas ganas terribles de volver a casa. A casa de verdad. Así que, aunque los desorbitados precios de las compañías aéreas casi me lo impiden, aproveché el puente del 1 de mayo para ir a dar una sorpresa a los míos.
Y los cinco días en casa valieron su peso en oro. Familia, paella, sol, amigos, playa, montaña, ¡hogar!
“Pilas cargadas… ¿y ahora qué?”
Ahora… ¡más! Ahora Berlín, luego Atenas, luego algún viaje aún por decidir…
¿Qué c** hago yo triste? Ya está, se me pasó :-)
martes, 12 de mayo de 2009
jueves, 12 de marzo de 2009
"Qué bonito es Düsseldorf" o de como si no deja de llover me acabaré cortando las venas
Que se me da bien lo de quejarme es bien sabido por todos los que me conocen. Y que hicimos un trato para no quejarnos en exceso lo sabéis también los que leéis esto (hay quien duda de vuestra existencia, pero yo tengo fé...), pero esta semana he llegado al límite de mis fuerzas.
La primera parte del título es lo que diría si estuviera alguna de mis hienas delante (con cariño, for the record). La segunda parte es lo que pienso, ¡cada vez más! Y es que después de un invierno horroroso e interminable, todos esperábamos con ansia que llegase la primavera ("¿Primavera? ¿y eso qué eh lo que éh?") Casi a mitad del mes de marzo y aquí seguimos con el abrigo horroroso con pelitos en la capucha (sí, los pelitos tienen su utilidad, absorven el agua que ni las Bayetas Vileda) y llegando a casa con los zapatos y los bajos de los pantalones empapados... y cada vez con peor color de piel (que entre los ojos rasgados que tengo y el color amarillento, creo que en Corea y Japón voy a pasar inadvertida)
Otros becarios usan sus blogs para contar aventuras, viajes y curiosidades del país de turno y a mí de eso la verdad es que tampoco me falta... pero como "a un perro maté y mataperros me llamaron" (usease, que tengo fama de quejica), he decidido usar el mío para quejarme. Por eso, porque ya no puedo más, públicamente os digo ¡que estoy hasta las narices!, ¡que nos dé una tregua el mal tiempo!, ¡que nuestros cuerpitos tropicales no pueden más con esto!
Y, sin embargo, para algo bueno ha dado este mal tiempo. Ya he advertido (¿o quizás no?) de que mi blog no será un reflejo milimetrado de cada paso que doy sino un vertedero de pensamientos, anécdotas sueltas y/o estados de ánimo... pero a modo de resumen y para aquellos a los que les interese, quiero dejar claro que estos meses no fueron en balde: viaje a Dresden y Leipzig, invasión en Carnavales, clases de dibujo y pintura cada jueves, nueva visita a Milán y muchas más cosas que ni recuerdo ni ahora importan... La cosa es que seguro que al pasar este año de beca me acordaré de todas ellas en vez de mi mini-depre de hoy, pero hoy es lo que toca y ¡el blog es mío y me quejo cuando quiera!
En otra vida debo haber sido Clara García Carrillo y me debo haber pegado un año de vicio en Bangkok...
Besitos a todos, ¡a sufrir!
La primera parte del título es lo que diría si estuviera alguna de mis hienas delante (con cariño, for the record). La segunda parte es lo que pienso, ¡cada vez más! Y es que después de un invierno horroroso e interminable, todos esperábamos con ansia que llegase la primavera ("¿Primavera? ¿y eso qué eh lo que éh?") Casi a mitad del mes de marzo y aquí seguimos con el abrigo horroroso con pelitos en la capucha (sí, los pelitos tienen su utilidad, absorven el agua que ni las Bayetas Vileda) y llegando a casa con los zapatos y los bajos de los pantalones empapados... y cada vez con peor color de piel (que entre los ojos rasgados que tengo y el color amarillento, creo que en Corea y Japón voy a pasar inadvertida)
Otros becarios usan sus blogs para contar aventuras, viajes y curiosidades del país de turno y a mí de eso la verdad es que tampoco me falta... pero como "a un perro maté y mataperros me llamaron" (usease, que tengo fama de quejica), he decidido usar el mío para quejarme. Por eso, porque ya no puedo más, públicamente os digo ¡que estoy hasta las narices!, ¡que nos dé una tregua el mal tiempo!, ¡que nuestros cuerpitos tropicales no pueden más con esto!
Y, sin embargo, para algo bueno ha dado este mal tiempo. Ya he advertido (¿o quizás no?) de que mi blog no será un reflejo milimetrado de cada paso que doy sino un vertedero de pensamientos, anécdotas sueltas y/o estados de ánimo... pero a modo de resumen y para aquellos a los que les interese, quiero dejar claro que estos meses no fueron en balde: viaje a Dresden y Leipzig, invasión en Carnavales, clases de dibujo y pintura cada jueves, nueva visita a Milán y muchas más cosas que ni recuerdo ni ahora importan... La cosa es que seguro que al pasar este año de beca me acordaré de todas ellas en vez de mi mini-depre de hoy, pero hoy es lo que toca y ¡el blog es mío y me quejo cuando quiera!
En otra vida debo haber sido Clara García Carrillo y me debo haber pegado un año de vicio en Bangkok...
Besitos a todos, ¡a sufrir!
miércoles, 21 de enero de 2009
¡Sorpresas en el buzón!
Acabo de llegar a casa y de encontrar en mi buzón uno de los mejores regalos que podía recibir. Regalo de cumpleños, con un mes de retraso y precisamente por eso una mayor y mejor sorpresa... ¡NOTICIAS DE WALDGATEN!
*Waldgarten: Mi casa en Munich. El lugar más subrealista donde un montón de seres ¿humanos? podrían habitar. Cualquiera que pretendiera entender la dinámica de aquella casa de locos acabaría igual, loco perdido.*
El sobre contenía una carta que he leído con una sonrisa permanente en la cara y un CD que acompañaba de fondo la lectura. ¡El CD de Tamad! Se me viene a la memoria ahor aquel día que nos hicimos al metro a pedir para que los locos estos grabasen este CD... Siempre pensé que se gastarían lo que sacaron cervezas (y seguramente lo hicierton, pero la cosa es que ahí esta...)
Absolutamente genial. Igual que mi época en aquella casa, que también dejó huella en las letras :-))
The wall
...everytime I sit down in my room... all my friends are coming soon
and we all have a laugh together... and we could go on for ever and ever and ever...
but suddenly something stops that all... and I hit my head on the o.O.
but suddenly something stops that all... and I hit my head on the wall
...so dear wall please do me a favour... could you please try to endeavour
and stop being always in my way... at least not day to day
...sometimes when we all clean the flat... cause it already smelled too bad
we share all the work we got to do... before animals will live there too
...I just make one wrong football... and I hit my head on the o.O.
...I just make one wrong football... and I hit my head on the wall
www.myspace.com/tamad2lazy
Sí, solía pegarse mucho en la cabeza, la loca. Y algún animal que otro llegó a vivir allí...
Gracias, ¡sis! ¡Qué alegría me ha dado recibir tu carta!
*Waldgarten: Mi casa en Munich. El lugar más subrealista donde un montón de seres ¿humanos? podrían habitar. Cualquiera que pretendiera entender la dinámica de aquella casa de locos acabaría igual, loco perdido.*
El sobre contenía una carta que he leído con una sonrisa permanente en la cara y un CD que acompañaba de fondo la lectura. ¡El CD de Tamad! Se me viene a la memoria ahor aquel día que nos hicimos al metro a pedir para que los locos estos grabasen este CD... Siempre pensé que se gastarían lo que sacaron cervezas (y seguramente lo hicierton, pero la cosa es que ahí esta...)
Absolutamente genial. Igual que mi época en aquella casa, que también dejó huella en las letras :-))
The wall
...everytime I sit down in my room... all my friends are coming soon
and we all have a laugh together... and we could go on for ever and ever and ever...
but suddenly something stops that all... and I hit my head on the o.O.
but suddenly something stops that all... and I hit my head on the wall
...so dear wall please do me a favour... could you please try to endeavour
and stop being always in my way... at least not day to day
...sometimes when we all clean the flat... cause it already smelled too bad
we share all the work we got to do... before animals will live there too
...I just make one wrong football... and I hit my head on the o.O.
...I just make one wrong football... and I hit my head on the wall
www.myspace.com/tamad2lazy
Sí, solía pegarse mucho en la cabeza, la loca. Y algún animal que otro llegó a vivir allí...
Gracias, ¡sis! ¡Qué alegría me ha dado recibir tu carta!
domingo, 4 de enero de 2009
Despropósitos para 2009
Tratando de hacer la digestión de las navidades (digestión de los viajes, los aeropuertos, de las ciudades, de los atracones, de los encuentros, reencuentros y desencuentros...) me he plantado de vuelta en mi lata tras unas navidades inolvidables... y haciendo balance (expresión muy socorrida estos días) no se me ocurren otra cosa que despropósitos para el año recién estrenado.
Porque en los tiempos que corren es un despropósito pasar el cumpleaños en París, las navidades en casita, volver a "trabajar" dos días a Alemania e irse de fin de año a morir de frío y de amor a Italia.
Y más despropóstito aún es pedirle mucho más al año que viene: pretender hacer más viajes, ir más de compras, a más restaurantes de más países, más de fiesta, y más viajes y más lejos... y hacer más amigos. Todo ello encima quejándose porque uno no está en Honolulu sino en Düsseltown.
Pues sí... un despropósito. Pero eso es lo que le pido a 2009. Quien dijo que lo bueno si breve... ¡se equivocaba!
"Queridos reyes magos..."
Porque en los tiempos que corren es un despropósito pasar el cumpleaños en París, las navidades en casita, volver a "trabajar" dos días a Alemania e irse de fin de año a morir de frío y de amor a Italia.
Y más despropóstito aún es pedirle mucho más al año que viene: pretender hacer más viajes, ir más de compras, a más restaurantes de más países, más de fiesta, y más viajes y más lejos... y hacer más amigos. Todo ello encima quejándose porque uno no está en Honolulu sino en Düsseltown.
Pues sí... un despropósito. Pero eso es lo que le pido a 2009. Quien dijo que lo bueno si breve... ¡se equivocaba!
"Queridos reyes magos..."
domingo, 14 de diciembre de 2008
La Toscana
Tuvimos que escaparnos a la provincia italiana para sentir el calor del sol pegándonos en la cara... pero del mal tiempo düsseldorfiano no me voy a quejar por aquello de pensar en positivo.
Y lo positivo (y mucho) se lo trae uno en la maletita de 10kg. (exigencias de Ryanair) y en el recuerdo a la vuelta de los viajes express que los que estamos en Europa nos podemos marcar casi cada fin de semana. Esta vez, aprovechando el puente de la Constitución y la destreza de los compañeros para organizarlo todo optimizando tiempo y dinero, nos escapamos a la Toscana... ¡bella Italia!
La primera parada, después de conducir unas horitas en nuestra furgo del amor, fue Florencia. Dormimos en un apartamento para nosotros solos. Una casa antigua de techos altos y un encanto especial, justo en el centro de la ciudad.
Al día siguiente, después de recoger a Luisca (con su gorrito de peruano y haciendo estas fotos estupendas), mapa en mano, empezamos la ruta turística
Estuvimos en mercadillos, piazzas, iglesias, restaurantes con mucho encanto (donde nos regalaron una botella de vino que no dudamos en bebernos por la calle) y, por supusto, en el doumo (impresionante, sobre todo porque fuéramos por donde fuéramos, siempre acabábamos en él) y en el ponte vecchio.
La siguiente visita fue San Gimignano, un pueblito medieval con mucho encanto e, inevitablemente, mucho turismo. La mayor atracción de San Gimignano, además de sus callejuelas, son las 15 torres que quedan en pie de la época en que las familias adineradas del lugar competían por construir la torre más alta del pueblo. Una manera algo absurda de demostrar su poderío enconómico pero que forma un perfil único entre los montes y viñedos de la Toscana (viñedos que, por cierto, a pesar de ser becaria Vinos, evité la tentación de quemar... por mucha competencia que nos hagan a los españoles y por muy buena idea que le pareciera a Jesús)
Las horas de sol que nos quedaban las pasamos en Volterra, otro pueblito cercano, también medieval y amurallado, que a la entrada tiene una placa en conmemoración de la entrada de las tropas aliadas a fianles del 45. También vimos las ruinas de un teatro romano y una pizzeria donde tardan mucho en hacer pizzas (será por aquello de no vender la gastronomía italiana como fast food...)
Después nos fuimos a Siena, para mí la gran sorpresa del viaje. La ciudad con más pendientes de la historia. Ni una sola calle horizontal... como para que ir con un agujero en el pantalón e ir perdiendo monedas, vamos. Entre otras cosas, tiene la catedral más bonita que he visto nunca. Y una calle muy especial dedicada a gente especial ;)
Por si fueran pocas, algunas fotos más (gentileza del peruano ;-)
Y, cómo no, tocó volver al frío alemán... pero contentos y con las pilas recargadas (¡a pesar de las malas caras de estas últimas fotos!)
Y lo positivo (y mucho) se lo trae uno en la maletita de 10kg. (exigencias de Ryanair) y en el recuerdo a la vuelta de los viajes express que los que estamos en Europa nos podemos marcar casi cada fin de semana. Esta vez, aprovechando el puente de la Constitución y la destreza de los compañeros para organizarlo todo optimizando tiempo y dinero, nos escapamos a la Toscana... ¡bella Italia!
La primera parada, después de conducir unas horitas en nuestra furgo del amor, fue Florencia. Dormimos en un apartamento para nosotros solos. Una casa antigua de techos altos y un encanto especial, justo en el centro de la ciudad.
Al día siguiente, después de recoger a Luisca (con su gorrito de peruano y haciendo estas fotos estupendas), mapa en mano, empezamos la ruta turística
Estuvimos en mercadillos, piazzas, iglesias, restaurantes con mucho encanto (donde nos regalaron una botella de vino que no dudamos en bebernos por la calle) y, por supusto, en el doumo (impresionante, sobre todo porque fuéramos por donde fuéramos, siempre acabábamos en él) y en el ponte vecchio.
La siguiente visita fue San Gimignano, un pueblito medieval con mucho encanto e, inevitablemente, mucho turismo. La mayor atracción de San Gimignano, además de sus callejuelas, son las 15 torres que quedan en pie de la época en que las familias adineradas del lugar competían por construir la torre más alta del pueblo. Una manera algo absurda de demostrar su poderío enconómico pero que forma un perfil único entre los montes y viñedos de la Toscana (viñedos que, por cierto, a pesar de ser becaria Vinos, evité la tentación de quemar... por mucha competencia que nos hagan a los españoles y por muy buena idea que le pareciera a Jesús)
Las horas de sol que nos quedaban las pasamos en Volterra, otro pueblito cercano, también medieval y amurallado, que a la entrada tiene una placa en conmemoración de la entrada de las tropas aliadas a fianles del 45. También vimos las ruinas de un teatro romano y una pizzeria donde tardan mucho en hacer pizzas (será por aquello de no vender la gastronomía italiana como fast food...)
Después nos fuimos a Siena, para mí la gran sorpresa del viaje. La ciudad con más pendientes de la historia. Ni una sola calle horizontal... como para que ir con un agujero en el pantalón e ir perdiendo monedas, vamos. Entre otras cosas, tiene la catedral más bonita que he visto nunca. Y una calle muy especial dedicada a gente especial ;)
Por si fueran pocas, algunas fotos más (gentileza del peruano ;-)
Y, cómo no, tocó volver al frío alemán... pero contentos y con las pilas recargadas (¡a pesar de las malas caras de estas últimas fotos!)
lunes, 10 de noviembre de 2008
Munich, la ciudad eterna
Alguien dijo alguna vez que "al lugar donde fuiste feliz, no debieras tratar de volver": una frase que me gusta mucho, aunque lo que más me guste sea contradecirla. Y es que he vuelto a la ciudad que me atrapa. En la que más tiempo he pasado en los últimos tres años. A la que siempre vuelvo. En la que no me siento turista (será por eso que no tengo muchas fotos de sus calles ni de sus paisajes).
Ese mismo sentimiento me invadió de nuevo este fin de semana. Al bajar del avión, los paisajes, el tren, sus paradas, su aire... me envolvieron de nuevo y tuve la sensación de estar retenida en el tiempo. De no haberme ido nunca. Y es que, al pensarlo, me doy cuenta de que aún no hace un año desde que dejé la ciudad. Y la dejé precisamente por lo mismo por lo que ahora me trae de vuelta... Debe de ser algún tipo maldición bendita.
La primera vez que llegué a Munich tenía sólo 19 años. Llegaba a mi segunda Erasmus y no sabía lo que me esperaba... ¡por suerte! porque si lo llego a saber, con lo bobalicona que era, igual me doy media vuelta. Por suerte no lo hice y allí, como todo buen Erasmus, viví experiencias involvidables. Días enteros para dedicar a uno mismo, a hacer tuyas las calles y, sobre todo, de los compañeros, amigos.
La segunda vez que llegué a Munich fue fruto de un deliberado accidente. Tenía ya 23 y me esperaba una aventura diferente en el mismo escenario. Las calles (ya mías) eran las mismas. Pero esta vez, por suerte, también haría mías a algunas de sus gentes.
Y ahora, de nuevo, el vino me trajo de vuelta este fin de semana. Volví a ver a su gente, a pasear por sus calles, a coger sus metros y a comer su comida. Munich me abrazó de nuevo y tuve la certeza de estar en un lugar que ha marcado mi vida. Una ciudad eterna a la que siempre volver.
La próxima vez, en primavera. :-)
Ese mismo sentimiento me invadió de nuevo este fin de semana. Al bajar del avión, los paisajes, el tren, sus paradas, su aire... me envolvieron de nuevo y tuve la sensación de estar retenida en el tiempo. De no haberme ido nunca. Y es que, al pensarlo, me doy cuenta de que aún no hace un año desde que dejé la ciudad. Y la dejé precisamente por lo mismo por lo que ahora me trae de vuelta... Debe de ser algún tipo maldición bendita.
La primera vez que llegué a Munich tenía sólo 19 años. Llegaba a mi segunda Erasmus y no sabía lo que me esperaba... ¡por suerte! porque si lo llego a saber, con lo bobalicona que era, igual me doy media vuelta. Por suerte no lo hice y allí, como todo buen Erasmus, viví experiencias involvidables. Días enteros para dedicar a uno mismo, a hacer tuyas las calles y, sobre todo, de los compañeros, amigos.
La segunda vez que llegué a Munich fue fruto de un deliberado accidente. Tenía ya 23 y me esperaba una aventura diferente en el mismo escenario. Las calles (ya mías) eran las mismas. Pero esta vez, por suerte, también haría mías a algunas de sus gentes.
Y ahora, de nuevo, el vino me trajo de vuelta este fin de semana. Volví a ver a su gente, a pasear por sus calles, a coger sus metros y a comer su comida. Munich me abrazó de nuevo y tuve la certeza de estar en un lugar que ha marcado mi vida. Una ciudad eterna a la que siempre volver.
La próxima vez, en primavera. :-)
martes, 4 de noviembre de 2008
¡Primeras visitas!
Hoy hay algo grande que celebrar: después de un mes en Alemania, por fin mi lata es supersónica (tengo internet en casa). Un mes, sí. Y es que este país para algunas cosas es tercermundista (para los que quieran saber más sobre la teoría de Alemania = tercer mundo, puede preguntar a Jesús, nuestro informático).
Para celebrarlo, hago una pequeña retrospectiva de los dos últimos fines de semana. ¡Con visitas!
...El atractivo del destino no auguraba muchas visitas, pero los lazos del máster tiran de nosotros y empezamos a movernos.
Este primer mes en Düdo trajo aires milaneses y hayenses. Los primeros venían acompañados de un fin de semana agradable, tranquilo, dulce y muy esperado. Los últimos, uno movido, de risas, alcohol y locura.
Con Luisca, paseamos, hablamos, tomamos cócteles, comimos japo, "lateamos"...
Los aires de la Haya (o "la Haiga", depende de a quién se le pregunte) trajeron fiesta de Halloween, borrachera dusseldorfiana, fiesta en Colonia... ¡todo un temporal!
Ahora me toca a mí hacer movimientos. En los próximos fines de semana: Múnich, Milán y Oslo (uno tras otro; sin prisa, ¡sin pausa!)
Para celebrarlo, hago una pequeña retrospectiva de los dos últimos fines de semana. ¡Con visitas!
...El atractivo del destino no auguraba muchas visitas, pero los lazos del máster tiran de nosotros y empezamos a movernos.
Este primer mes en Düdo trajo aires milaneses y hayenses. Los primeros venían acompañados de un fin de semana agradable, tranquilo, dulce y muy esperado. Los últimos, uno movido, de risas, alcohol y locura.
Con Luisca, paseamos, hablamos, tomamos cócteles, comimos japo, "lateamos"...
Los aires de la Haya (o "la Haiga", depende de a quién se le pregunte) trajeron fiesta de Halloween, borrachera dusseldorfiana, fiesta en Colonia... ¡todo un temporal!
Ahora me toca a mí hacer movimientos. En los próximos fines de semana: Múnich, Milán y Oslo (uno tras otro; sin prisa, ¡sin pausa!)
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