Hoy hay algo grande que celebrar: después de un mes en Alemania, por fin mi lata es supersónica (tengo internet en casa). Un mes, sí. Y es que este país para algunas cosas es tercermundista (para los que quieran saber más sobre la teoría de Alemania = tercer mundo, puede preguntar a Jesús, nuestro informático).
Para celebrarlo, hago una pequeña retrospectiva de los dos últimos fines de semana. ¡Con visitas!
...El atractivo del destino no auguraba muchas visitas, pero los lazos del máster tiran de nosotros y empezamos a movernos.
Este primer mes en Düdo trajo aires milaneses y hayenses. Los primeros venían acompañados de un fin de semana agradable, tranquilo, dulce y muy esperado. Los últimos, uno movido, de risas, alcohol y locura.
Con Luisca, paseamos, hablamos, tomamos cócteles, comimos japo, "lateamos"...
Los aires de la Haya (o "la Haiga", depende de a quién se le pregunte) trajeron fiesta de Halloween, borrachera dusseldorfiana, fiesta en Colonia... ¡todo un temporal!
Ahora me toca a mí hacer movimientos. En los próximos fines de semana: Múnich, Milán y Oslo (uno tras otro; sin prisa, ¡sin pausa!)
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